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{{Capítulos|Nombre = Saga de Niels, Capitulo 13|Imagen = Logo Berserker rojo sobre negro.jpg|Comentario = Episodio final de la primer temporada.|Creador = Foreverwing|Serie = [[Saga de Niels]]|Saga/Temporada = 1|Sagas/Temporadas = 2 (actualmente)|Capítulo Anterior = [[Capitulo 12 (Temporada 1)|Capitulo 12]]|N° del Capítulo = 13|Capítulo Siguiente = Temporada 2
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[[Capitulo 1 (Temporada 2)|Capitulo 14]]|Créditos = N/A}}El barco que robamos era del tipo snekke, y estaba pensado para transportar 25 vikingos, pero nosotros apenas eramos 14, motivo por el cual se complicaba la tarea de remar. Esta situación empeoro mas por el viento en contra, el cual junto a la marea nos arrastraba de vuelta a Coral de la Ruina. Por tal motivo intente plegar la vela, pero el intenso viento me lo impidió, obligándome a trepar y cortar las sogas con mi espada. Hecho esto esperaba que el viaje fuera mas sencillo, pero habíamos perdido el tiempo suficiente como para que los Berserkers zarparan con sus Naddars y nos persiguieran, dispuestos a hundirnos.
 
[[Capitulo 1 (Temporada 2)|Capitulo 14]]|Créditos = N/A}}El barco que robamos era del tipo snekke, y estaba pensado para transportar 25 vikingos, pero nosotros apenas eramos 14, motivo por el cual se complicaba la tarea de remar. Esta situación empeoro mas por el viento en contra, el cual junto a la marea nos arrastraba de vuelta a Coral de la Ruina. Por tal motivo intente plegar la vela, pero el intenso viento me lo impidió, obligándome a trepar y cortar las sogas con mi espada. Hecho esto esperaba que el viaje fuera mas sencillo, pero habíamos perdido el tiempo suficiente como para que los Berserkers zarparan con sus Naddars y nos persiguieran, dispuestos a hundirnos.
   
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Caí al suelo a varios metros de distancia, incapaz de moverme. Veía como continuaba la masacre, pero no podía hacer nada, y finalmente, perdí la consciencia.
 
Caí al suelo a varios metros de distancia, incapaz de moverme. Veía como continuaba la masacre, pero no podía hacer nada, y finalmente, perdí la consciencia.
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Revisión del 00:28 18 ene 2020

El barco que robamos era del tipo snekke, y estaba pensado para transportar 25 vikingos, pero nosotros apenas eramos 14, motivo por el cual se complicaba la tarea de remar. Esta situación empeoro mas por el viento en contra, el cual junto a la marea nos arrastraba de vuelta a Coral de la Ruina. Por tal motivo intente plegar la vela, pero el intenso viento me lo impidió, obligándome a trepar y cortar las sogas con mi espada. Hecho esto esperaba que el viaje fuera mas sencillo, pero habíamos perdido el tiempo suficiente como para que los Berserkers zarparan con sus Naddars y nos persiguieran, dispuestos a hundirnos.

De nuestro grupo, 12 remaban y los otros dos manejábamos el timón -debíamos hacer así por lo violento que estaba el mar- y entre todos debíamos actuar como uno para esquivar las llamaradas de fuego con que nos atacaban. De momentos los teníamos casi al lado, en otros eran un simple punto en el horizonte, siendo una persecución que podría haber durado hasta el Ragnarök, ya que no teníamos forma de atacar o perder a nuestros perseguidores. Pero en eso vi una enorme mano de piedra, asomando en el mar rodeada de niebla, y recordando la geografía de la zona, ordene navegar hacia allí. Esa mano como ya se deben haber dado cuenta, era el Pantano Rompecuellos, isla (o islas, lo dejo a su opinión) que tiene fama de ser un cementerio embrujado para barcos destruidos y navegantes perdidos cuando los barcos atraviesan la niebla. Pasar por allí era sumamente arriesgado, pero nos permitiría huir.

Enfilamos el curso del navío en dirección al banco de niebla, asegurándonos que los Berserkers nos siguieran. Ellos intentaron rodearnos, pero cuando note que algunos de sus drakkars viraban en ambas direcciones, mientras otros seguían persiguiéndonos, dí instrucciones para ocultarnos atrás de uno de los "dedos" y esperar a que pasaran nuestros enemigos. El hecho de no tener vela, facilito que nos confundieran con un pecio mas, y que entonces pudiéramos huir mientras que ellos se encontraban, y por lo que oí, y pude ver comenzaron a luchar contra unos fantasmas que atacaban ocultos entre la niebla.

Finalmente volvíamos a Berk, fueron tres viajes y en cada uno viajo un grupo de siete berkianos, 21 hombres y mujeres, de los cuales solo catorce pudimos volver. La distancia a Berk era grande pero por suerte Njörðr nos bendijo con una fuerte marea que nos arrastro a gran velocidad hacia el sur, y hacia Berk. Luego de aproximadamente unas pocas horas, llegamos a casa. En el camino nos recibió un drakkar de nuestra isla, que junto a otros dos patrullaba las agua en busca de eventuales enemigos. Apenas nos interceptaron, nos reconocieron y nos guiaron al puerto, en donde algunos pescadores se preparaban para salir a cumplir sus faenas, y al vernos se encargaron de difundir la noticia de nuestro regreso, de forma tal que todos los que ya estaban despiertos, salieron a recibirnos. Parece ser que en el tiempo que no estuvimos, el cual fue de varias semanas, ya nos habían dado por muertos, Magmar casi destruye Berk peleando con un dragón y se estaba por dar la gran batalla entre la Coalición y los Berserkers.

Yo no lograba entender nada. De un segundo a otro, todo el pueblo me comunicaba lo que pasaba, hablando unos sobre otros impidiendo entender una sola oración completa. En ese momento solo pensaba en ver a Engla, llamar al consejo del pueblo para ponerme al tanto de la situación y bañarme cuanto antes, aunque no fuese Laugardagr. A Engla la encontré en el gran salón, y estaba cansada porque la noche anterior tuvo que dirigir una operación de rescate para salvar a Magmar, ya que este se había accidentado intentando crear un aparato que transfiera la fuerza de sus piernas a unas alas de Pesadilla Monstruosa, que consiguió a costa de medio Berk y de esta forma poder volar. El problema fue que cuando probó su "invento", termino cayendo en las Cuevas de Jotun, y hubo que rescatarlo. Luego cuando me reuní con el consejo, me entere de la delicada situación en que estaba el Archipiélago. Esta nueva etapa del conflicto comenzó al día siguiente de que yo llegara a Coral de la Ruina, ya que ese día los Berserkers atacaron las Islas de La Noche, la Isla de Tyr, y la Isla Eel, según parece como una advertencia ante la hipotética invasión berkiana a algunas islas donde ellos tenian campamentos; y al día siguiente desembarcaron en las orillas del estrecho entre Nepenthe y la Isla Occidental de la noche, orillas que si bien están casi deshabitadas, son importantes para la economía de ambas islas, y no debían caer en manos berserkers. Por tal motivo, Engla,estando a cargo de Berk, fue con casi un cuarto de la población local a defender a nuestros aliados. Fue una batalla corta pero ardua, y gracias a la fiereza y estrategia de Engla, los Berserkers fueron vencidos y los que quedaron terminaron masacrándose entre ellos, cuando intentaron volver a los Naddars, pero por una confusión, desde los Naddars comenzaron a bombardear la playa.

Esa batalla fue el comienzo de muchas, en las cuales los Berserkers tomaban parte de alguna isla al este del archipiélago, y luego lo abandonaban, no sin antes combatir. En el consejo coincidían en que esto debía ser una estrategia de desgaste, que tenia por fin debilitarnos para luego atacarnos con todo, y que nosotros no podamos hacer nada. Ya para esta altura me preguntaba si los Berserkers seguían siendo los mismos, ya que en otros tiempos sus tácticas militares eran casi inexistentes, excepto por los Guerreros Jabalí. Sin embargo eso no fue lo mas sorprendente, lo que si fue sorprendente fue que pidieran la firma de un tratado de paz.

Cuando escuche eso, casi se me sale en corazón por los ojos, era simplemente imposible, de cualquier otro enemigo lo hubiera creído, pero nunca de ellos. Solo podía pensar en que alguna de las Nornas se apiado de nosotros y cambio los hilos en el telar del destino. El increíble suceso se dio durante una reunión en la Isla de Tyr, cuando todos los jefes del archipiélago estaban reunidos debatiendo la situación y compartiendo las información que cada uno tenia; cuando de repente se abrió la puerta del gran salón y entro ni mas ni menos que Einar el Sanguinario, quien al ver todas las hachas, espadas y flechas con que le apuntaban, mostró que estaba desarmado y dispuesto a terminar pacíficamente el conflicto en ese mismo momento. Pasados unos minutos en los que nadie podía hablar, se comenzó las negociaciones, y finalmente se llego a un acuerdo por el cual los Berserkers se quedarían tranquilos en sus islas y no atacarían al menos que sea provocados. Parecía un sueño hecho realidad, y estuvimos tan cerca, tan cerca. Se podría haber ahorrado toda esa sangre que se perdió en todos estos años, pero alguien tuvo que hablar y arruinar todo.

Ese maldito hijo de Hela cerebro de jotun, no fui ni mas ni menos Asshole el Tosco, líder de la Tribu Thunderhead, quien diciendo hablar en nombre de todos los presentes, se negaba a aceptar el resultado de esa guerra como un simple empate, y citando algunos juramentos de su tribu que obligaban a que una guerra terminara luego de una victoria o en su defecto tras la derrota, y que pedir la firma de un tratado de paz era cosa de cobardes. En ese momento Engla pidió la palabra, y le pregunto -"si pedir la paz es de cobardes, ¿por que ustedes demandaron paz durante las Guerras de Valhalla?"-

Esa pregunta causo risa entre todos los presentes, y dejó sin argumentos al jefe Thunderhead, pero este en lugar de aceptar su derrota y quedarse en silencio, comenzó a insultar a todo el mundo. Al principio solamente era molesto, pero el lío fue cuando comenzó a insultar a uno de los guardias de Einar. Ese guardia al principio no le hacia caso, pero cuando los insultos pasaron a ser acusaciones sobre que su madre era una vulgar thralls, y el había heredado su ineptitud el guardia lo reto a un holmgang, el cual fue rechazado por Asshole con el argumento de negarse a luchar contra alguien tan feo. Ante esto, el guardia que intentaba contenerse no pudo más, y estallo en berserkergang. Como ya lo supondrán, la reunión se convirtió en un desastre, y para colmo los diferentes jefes aprovecharon para sanjar sus problemas personales. Para cuando la situación se tranquilizo, se decidió terminar la guerra por medio de una gran batalla final, en la cual habría dos bandos: por un lado nuestra ahora inestable coalición, y por el otro los Berserkers.

Todo eso paso mientras yo no estaba, y ahora no sabia que hacer. Por un lado quería salir a pelear a muerte, que el ejercito Berserker muerda sus escudos y venga enfrentarme. Denme una espada, un escudo y una armadura de cota de malla y déjenme solo, y si caigo que otro me releve y siga luchando. Pero por otro lado, entendía que lo que pasara en esa batalla marcaría el futuro del archipiélago y yo como jefe de Berk debía buscar la victoria para llevársela a mi pueblo, y si perdíamos, perderíamos todo. Por tal motivo tras bañarme y ponerme ropa limpia, fui a la herrería a encargar una armadura, pero el herrero -Bold el Fuerte- estaba muy ocupado afilando hachas y espadas. Por tal motivo le pedí que me dejara usar el horno y algunos pedazos sobrantes de metal para hacer una armadura de cota de malla. Unas cuantas horas mas tarde, ya tenia la armadura lista, y en eso paso Engla, quien al verme me recomendó que pusiera placas de metal -como hizo ella con su armadura- para poder estar protegido de los flechazos, y ademas me ayudo a terminar la armadura.

Era una buena armadura, una base de cuerpo completo de cota de malla, con placas de metal soldadas protegiéndome el pecho, la panza, el cuello, los brazos y las piernas. En cuanto a la cabeza, agarre un viejo yelmo del tipo Gjermundbu, al que le agregue las puntas de los cuernos del mismo pesadilla monstruosa que cazo Magmar para su "invento". En cuanto a armas, debo desmentir el mito según el cual creé mi famosa espada, la Stormshatter ese mismo día, en la batalla que siguió use una espada vikinga común, sin trucos o "encantamientos".

Finalmente llego el fatídico día. La batalla se dio en la Orilla Temblorosa, me acuerdo que ambos bandos llegamos la noche anterior, y mientras que los Berserkers establecieron su campamento al norte, y nosotros en el sur. Llego el alba y ambos ejércitos nos dirigimos al campo de batalla. A diferencia nuestro, los berserkers tenían un ejercito entrenado y organizado en Guerreros Osos, Guerreros Lobos y Guerreros Jabali; mientras que nosotros armábamos el ejercito solamente cuando era necesario, pero eso generalmente no nos impedía ganar. Nuestro ejercito era enorme, podría decir que eramos mas de cincuenta mil guerreros, organizados en skjaldborg, con varias filas de arqueros mas atrás. En cambio, los Berserkers tenían adelante de la formación a varios Guerreros Jabalí organizados en Svinfylking, en el medio a los Guerreros Osos, dispuestos a pasar al ataque apenas se rompa la Svinfylking, y por último, a los Guerreros Lobos que aparecían de todas partes, saltando sobre sus compañeros y apareciendo cuando menos lo esperabas.

Dentro del ejercito de la coalición, cada jefe mandaba a su columna compuesta por los habitantes de su isla, pero quien tomaba las decisiones de todas las tropas era el líder de Tyr, quien no era ni mas ni menos que el veterano caudillo Sigurd el Bendecido, apodo que recibió por la gran cantidad de batallas donde triunfo a lo largo de sus casi ochenta años, y ademas por su longevidad. En mi columna, tenia a un lado a mi amada Engla, y al otro Bjorn Hofferson, y nos seguía tres cuartas partes de la población de Berk, equipados todos con armaduras de cota de malla, cuero o laminas de metal según su preferencia, y las armas variaban desde cuchillos y espadas, hasta lanzas y hachas. Finalmente al mediodía Sigurd y Einar se comunicaron mediante los sonidos de unos cuernos, y en un momento dado, recibimos la orden de avanzar. La batalla había comenzado.

Imagínense estar en mi lugar en ese momento, teniendo que correr y enfrentar a hombres con conductas bestiales, y al mismo tiempo estar pendiente de lo que pasaba para das ordenes a mis tropas, y al mismo tiempo obedecer la ordenes de Sigurd. La primera media hora fue un sufrimiento espantoso, pero gracias a nuestros arqueros, la Svinfylking comenzó a desarmarse, dejando a los Guerreros Osos en el campo de batalla. Era hombres y mujeres de casi dos metros de alto, vestidos con nada mas con una simple piel de oso y ninguna armadura, pero su fuerza y habilidad con el hacha los hacia difíciles de vencer. Nadie podía acercarse sin recibir como mínimo un hachazo, y a su vez las flechas se clavaban en la piel de oso pero no llegaban mas profundo, pero en caso de ser heridos seguían como si nada. De momentos parecía que dominaban el campo de batalla, en otros nuestros lanceros lograban herirlos permitiendo que otros soldados los remataran. De esta forma pasaron las horas y el combate continuaba. La furia contenida en nuestros pueblos durante años nos daba fuerza y resistencia sobrehumana, permitiéndonos abatir a esos enemigos tan duros e imposibles de vencer en combate directo. Es mas, ni siquiera el mismo Einar estando en berserkergang, pudo derrotar a nuestras tropas, y cuando fue herido, lo tuvieron que sacar del campo de batalla entre cinco Guerreros Osos. Para cuando el sol terminara de ocultarse, la victoria ya seria nuestra, y podríamos festejar. Pero en el momento que yo mire hacia el atardecer, pude ver unos barcos que se acercaban.

Al principio no les preste demasiada atención, puesto que me encontraba luchando contra un Guerrero Lobo, pero cuando este ya estaba vencido volví a mirar, pude ver que eran grandes Drakkars, que traían unas negras con la roja silueta de un dragón, cuya especie desconocía. Luego de ver esto, les dije a mis compañeros que se prepararan, porque venían refuerzos berserkers, pero en eso un compañero me pregunto que eran los objetos que volaban sobre los barcos, y me recuerdo que cuando volví a mirar me quede mudo, al ver esos barcos traían dragones atados. En ese momento tome el escudo que traía sobre mi espalda, y ordene a todos preparar los suyos, esperando atajar descargas de fuego cayendo desde el cielo. Pero por las barbas de Odín, esos dragones tenían el poder de Thor.

Es algo de lo que nunca me recuperare, a veces cuando duermo me vienen las imágenes de esa batalla a mi cabeza. Ya no había tropas Berserkers, todas las que quedaban huyeron no se bien a donde, lo que si se es que nosotros corríamos intentando esquivar los rayos disparados por esos dragones, y como quedaban los que morían por estos. Me cuesta escribir esto, por la gran cantidad de recuerdos que me vienen a la mente. Los gritos, las explosiones y las chispas que se convertían en incendios al entrar en contacto con los arbustos secos. Fue horrible, y no había forma de escapar, ni siquiera los escudos de metal mas gruesos podían parar los rayos, y los muertos quedaban desparramados por todas partes. Yo estaba parado con la mente en blanco, debía huir, pero mi espíritu guerrero me obligaba a quedarme y luchar, fue en eso cuando vi como un rayo iba directo a un joven soldado, que no debía tener mas de 16 años. Lo vi y corrí con la intensión de salvarlo, pero el rayo fue más rápido que mis piernas, y lo único que pude hacer fue recibir parte de la onda expansiva y salir volando de espaldas.

Caí al suelo a varios metros de distancia, incapaz de moverme. Veía como continuaba la masacre, pero no podía hacer nada, y finalmente, perdí la consciencia.